martes, mayo 10, 2005

"¡No disparen! ¡Soy gente!"


Dersu Uzala (1975), de Akira Kurosawa

Sinopsis : El capitán Vladimir Arseniev y su destacamento tienen que elaborar unas prospecciones geológicas por los bosques de la taiga siberiana. La inmensidad del territorio y la dureza del clima hacen que el capitán se separe de sus soldados. Condenado a vagar por una tierra salvaje, Vladimir conoce a Dersu Uzala, un cazador nómada, habitante de la zona, que se conoce a la perfección todo el territorio y sabe cómo controlar las inclemencias del tiempo.

Voy a hablar de la que probablemente sea mi película favorita.

La última obra del autor había sido Dodeskaden (1970), hasta entonces su film más transgresor, cuyo estrepitoso fracaso ante crítica y público llevó a Kurosawa a un intento de suicidio. A la ya desaparecida Unión Soviética le deberemos siempre que invitase a Kurosawa a realizar la película que quisiera para poder salir del atolladero de producción en que se encontraba. Sin este ofrecimiento, quizás, Dersu Uzala no existiría.

Basada en el libro de expediciones homónimo del prominente científico y explorador ruso del siglo XIX Vladimir Arseniev, Dersu Uzala, nos habla, en efecto, del encuentro y la relación amistosa entre dos hombres : el propio capitán Arseniev y el anciano cazador de la taiga siberiana Dersu Uzala, un hombre solitario extraordinariamente capacitado para salir airoso de las más adversas circunstancias en la taiga gracias al profundo conocimiento que tiene de ella. Esta relación (una de las más bonitas que jamás haya visto en el cine) no es en el fondo más que el hilo conductor para reflexiones mucho más amplias que trascienden los límites de lo anecdótico.

La película es, ante todo, una crítica a la mentalidad cerrada y estrecha del hombre occidental. Arseniev se encariña con Dersu, (quien al principio sirve de guía para el ruso y el resto del equipo), eso está claro, y le fascina el modo de vida de éste, sobre todo su forma de respetar la naturaleza y convivir con ésta. Él no sabe escribir, ni mucho menos hacer mediciones para establecer un mapa. Pero es capaz de interpretar el menor signo de la naturaleza y la vida en la taiga. Estos conocimientos fascinan al geógrafo con la misma intensidad que una puesta de sol o un exhuberante paisaje.

La relación entre ambos personajes no carece de nobleza, comprensión y solidaridad. Pero Arseniev, si bien asombrado por la forma de vida de Dersu, no intenta participar en esta, no intenta aprender lo que el cazador expone. Su participación se limita a la observación, como la de un espectador en el cine. Esto muestra el cambio de rumbo que tomó el cine de Kurosawa con el tiempo. Hasta Barbarroja (1965) , Kurosawa utilizaba en muchos de sus films personajes ejemplares (aunque con diversas excepciones, que ya apuntaban directas al pesimismo que posteriormente adquiriría su discurso) , que servían de ejemplo para otro personaje que aprendía de las enseñanzas. En Dersu Uzala, el viejo hombre de la taiga hace el papel de sensei, pero Arseniev no aprende nada. Es un buen hombre, sin duda, pero un hombre occidental , acostumbrado a contemplar y no a participar.

El canto a la convivencia y al máximo respeto por la naturaleza es más que obvio . El film empieza con el capitán buscando la tumba de su amigo, Dersu Uzala, que se hallaba entre unos pinos. Pero ahora, los hombres han llegado al viejo bosque donde estaba enterrado y han construido campamentos, talado árboles... la tumba es ahora imposible de encontrar. El hombre de Occidente, con su frialdad nacida del progreso científico y técnico, aplasta la naturaleza sin respeto alguno. La sinceridad transparente del mensaje nos deja entrever la labor de un hombre convencido de lo que expresaba, alejado de cualquier discurso demagógico y/o gratuito.

Podría indagar también en mi interpretación personal de lo que quiere decirnos Kurosawa del por qué muere Dersu de la forma que muere, pero prefiero dejarlo así, por si llega a ojos de alguien que aún no haya visto este amargo, tierno, honesto y encantador film.

Dersu Uzala se erige como una cumbre en el cine de Akira Kurosawa, una película de espléndida facción técnica y portadora de un complejo y riquísimo ideario. Para mí, una obra maestra absoluta, de lo mejor que ha dado el cine.

Escenas destacables : La primera aparición de Dersu ; la despedida de éste y Arseniev y su posterior reencuentro ; la escena de la ventisca ; las fotografías ; el final.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estando de acuerdo en la mayoría de lo que dices, sobretodo en la honestidad de sus valores, creo que a la hora de verla el ritmo es demasiado lento, y la película se hace muy larga.

Entre mis escenas favoritas, efectivamente, la de la ventisca y el trozo final en el que Dersu no puede adaptarse a la vida en la ciudad.

Fiodor M. Dostoievski dijo...

A mí la primera vez se me hizo también algo lenta, sobre todo en la segunda visita de Arseniev a la taiga... luego la volví a ver y me enamoré definitivamente, el tercer visionado me sirvió para reflexionar sobre aspectos que se me pasaron las otras veces. Me refiero concretamente a la actitud puramente occidental de Arseniev, que ya comenté en el post.
En mi caso ha ido ganando con cada revisión. Es de las pelis que más me gustan del genio.

Anónimo dijo...

a mi no se me hizo pesada para nada, me parecio una obra maestra y muy preciosa, la mejor para mi, pelicula de kurosawa.

Don Ignacio Espeleta: dijo...

que gran peli!que gran personaje es dersu!