domingo, mayo 08, 2005

La vida es corta




El 1952, el director nipón Akira Kurosawa emprendió un proyecto que se alzaría como uno de los más importantes de su carrera y de la historia del cine.
La película se tituló Ikiru (Vivir), y se desarrolla en el grisáceo mundo burocrático de los empleados gubernamentales. Su protagonista, Kenji Watanabe (T. Shimira), sumido de lleno en el papeleo insulso , cambia el rumbo de su vida cuando le es diagnosticado un cáncer de estómago. En los tres meses que le quedan, intentará dar un sentido a su existencia.
Al principio, su búsqueda se centrará en lo mundano, hasta que encuentra el verdadero sentido de vivir en hacer felices a los demás.
Dicho así, parece un film del tramposo y estomagante Frak Capra. Pero nada más lejos. Si bien Vivir es un canto a la vida como lucha contra la mediocridad y el amodorramiento en una sociedad injusta, y en su protagonista encontramos un ejemplo a seguir, no se trata de un film precisamente optimista. Al menos, no en el caso colectivo.
La hipocresía humana, el aburguesamiento moral y el oportunismo político son expuestos de manera crítica frente al espectador. Watanabe se enfrenta a la muerte con valentía y finalmente se redime, pero la cosa no acaba aquí : en las últimas escenas del flim queda patente el escepticismo de Kurosawa sobre una transformación de la sociedad. El mundo sigue siendo injusto, y una vez muerto Watanabe, lo único que queda de él es su recuerdo. Nadie sigue su ejemplo, a pesar de que muchos lo adularon tras su fallecimiento.
Las dos últimas escenas del film pretenden transmitirnos dicha idea.

En el aspecto técnico, Vivir es impecable. La precisión y minuciosidad en la puesta en escena es indiscutible, la planificación, de un clasicismo que alcanza la verdadera perfección.
Cinematográficamente hablando, el mayor hallazgo de Ikiru es su inusual fórmula narrativa. La primera parte del film narra las vivencias de Watanabe hasta que logra encontrar un camino para dar sentido a su existencia. De pronto, la cámara pasa a un primer plano de una foto del protagonista. Un narrador neutral nos avisa que han pasado tres meses, y que el viejo funcionario ha muerto. Desde este momento, se mezclaran los diálogos que tienen los familiares y compañeros de trabajo con flashbacks que retratan el rumbo que tomó la vida de Watanabe desde la última que vez que la presenciamos. Esta arriesgadísima ruptura de las fórmulas narrativas tradicionales funciona y añade una nueva dimensión de profundidad al film. Con dicha técnica, el maestro japonés encuentra una manera sofisticadamente sencilla de retratar los sentimientos y reflexiones de los personajes que rodearon a Kenji durante su vida, así como de lanzar su crítica contra la cobardía del ser humano.

Escenas destacables : Dos de las más hermosas y conmovedoras escenas de la historia del cine se encuentran en Vivir : Watanabe cantando, con lágrimas en los ojos, en el bar, la emotiva canción "La vida es corta", y su última aparición, en un columpio, con la nieve cayendo a su alrededor repitiendo esta misma canción.
Las dos últimas y breves escenas del film (en las que queda patente la visión escéptica de Kurosawa sobre la sociedad) son también muy destacables. La primera de ellas es pesimista, la segunda, melancólica y triste. Expresan mil cosas en menos de un minuto.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La tengo en la recámara desde hace mucho tiempo (en un cd que mi ordenador apenas lee). La verdad es que Kurosawa me gusta mucho, pero a veces no es un plato fácil de digerir. A ver cuándo puedo verla...

PD: Quizás deberías configurar el blog para que admita comentarios anónimos.

Fiodor M. Dostoievski dijo...

Sí, lo configuraré de la forma que dices, gracias por el consejo.

Kurosawa, como bien dices, a pesar de ser el director japonés que mejor aúna el cine americano con el nipón, tiene films que a menudo resultan lentos y densos para el espectador occidental. Sucede, por ejemplo, con Kagemusha, El idiota, Dersu Uzala... . Yo por mi parte entré con bastante facilidad en su universo, y la mayoría de sus películas me parecen fascinantes. Con otros directores nipones, me cuesta más... .

Conociendo más o menos tus gustos, puedo casi garantizarte que Vivir te gustará.
Hasta pronto.

Anónimo dijo...

Pués a ver si la veo, Kurosawa marcó un antes y un depués, sin olvidar a Mizoguchi, en mi vida y por la descripción que detallas sobre la película, apunta a que me va a encantar.

P.D.: Por cierto te está quedando un blog marabilloso.

Fiodor M. Dostoievski dijo...

¡Gracias!

Anónimo dijo...

Kurosawa se ve mejor acompañado de un cinéfilo-a. Para comentar y eso. Si no puedo recurrir a sus post.

Fiodor M. Dostoievski dijo...

A mis post o también escribiéndome un mensaje al correo electrónico. Aún me queda mucho por saber de cine, pero en Kurosawa (perdón por la falta de modestia) soy un experto. Estaría encantado en introducirla a su obra y a discutirla con usted.
Un abrazo.