sábado, abril 22, 2006

V de Vendetta: Comic y película

EL COMIC:

En 1981 el guionista británico de comics Alan Moore comenzó a escribir la que sería una de sus más famosas obras, V de Vendetta. En ella, exponía, con cierta ingenuidad, la profética visión de una Europa post-nuclear, consecuencia directa del presente que estaba viviendo. La profecía, siete años después, parecía cumplirse con la llegada de la dictatorial Margaret Thatcher al poder en Reino Unido. Moore escribió para entonces un escalofriante prólogo a su obra, relacionado íntimamente con el triunfo del Partido Conservador, cuando siete años antes había sufrido una ominosa derrota.
El comic, o novela gráfica, o como diablos quieran llamarlo, es la historia de una Inglaterra dictatorial, gobernada por un líder absoluto, Adam Susan, hombre introvertido, intrínsecamente violento, enamorado secretamente del ordenador desde el que da órdenes a las diferentes instituciones de su decadente Estado. En medio de la devastación moral del país, consecuencia del poder y su tendencia al orden social a toda costa, surge un misterioso anarquista disfrazado, V, que volará diferentes edificios representativos de Inglaterra y cundirá el pánico entre las altas esferas del país. Tras una máscara de Guy Fawkes, un sombrero de ala ancha, una capa, guantes y peluca se esconde un personaje que no es más que un símbolo del afán de libertad absoluta que todos guardamos en nuestro interior: del anarquismo, al fin y al cabo, como modo total de justicia y libertad, única forma de liberar a los individuos de la alienación y cosificación que el sistema ejerce sobre ellos.
Es este V un individuo de pasado misterioso, aires teatrales, amante de las artes, cuya verborrea constante y culta abunda en citas literarias, desde Shakespeare hasta Dumas. Todos sus actos están perfectamente estudiados y parecen sucederse como si el destino estuviera escrito, lo que aumenta el carácter simbólico de la obra. La historia se complica cuando V rescata a Evey, hija huérfana de dos activistas políticos desaparecidos en los campos de concentración que pocos años atrás Inglaterra tenía activos. Apunto de ser violada por varios hombres pertenecientes a un cuerpo de policía cuyo poder sobre los individuos ajenos a él es ilimitado, V la salvará y la llevará a su particular guarida: un abandonado subterráneo donde conserva todo el arte que el gobierno se encargaba de perseguir y destruir (posible referencia al Fahrenheit de Bradbury), además de flores en peligro de extinción, posters, etc.
Evey será la espectadora de los intentos de V por llevar la anarquía a Inglaterra, pero poco a poco se verá cada vez más inmiscuida en sus actos: para Evey, V será la desaparecida figura de su padre; en su corazón se mezclará el cariño y el odio, y será quien cuestione los actos violentos del protagonista.
Esta, que quede claro, no es una historia cursi en que una niña le enseña a un señor que la violencia es mala, mala, mala. No. Si algo abunda en V de Vendetta es la complejidad y la ambigüedad moral.
Así, asistiremos a un espectáculo que es, principalmente, un canto al anarquismo, pero también una historia coral de personajes en medio de una situación especialmente adversa (Porque no, no son V e Evey los únicos protagonistas), un juego de víctimas y verdugos (papeles que se intercambian en momentos puntuales) y una reflexión acerca de la lucha contra la injusticia, la soledad, la pérdida, la venganza, el poder, el ideal y el sentido final del arte.
En esa galería de complejos personajes, perdidos en unas circunstancias hostiles, nos encontraremos a una mujer maltratada por su marido, un policía amargado, marcado por trágicas circunstancias, un tirano violento y retraído, etc.
No hay que sacar de contexto la utilización de la violencia en el comic ni que se transforme en héroe y símbolo de la libertad a un terrorista: que el mundo ha avanzado y mejorado, en muchas ocasiones, mediante revoluciones violentas, es algo indiscutible e inevitable en la lucha de los pueblos por conquistar sus derechos. Pero los actos de V, en algunos casos especialmente crueles, no deben verse más que desde una perspectiva romántica y poética; la muerte acaba alcanzando a aquellos que cometieron, impunes, crímenes terribles. No se trata más que de una forma de lirismo. No es, en absoluto, este comic, una oda a la venganza.
El dibujo de Lloyd es bastante acertado; sin llegar al nivel del detallado clasicismo de Gibbons, un logrado juego de claroscuros y un sobresaliente dibujo de los personajes logran ponerse al nivel del enorme guión de Moore, lleno de metáforas, simbolismos y dobles sentidos. Y es que si algo no se le echa en falta en V de Vendetta, es una profundidad inconmesurable, estar medida, cada viñeta y palabra, al milímetro. Narrada con precisión, los acontecimientos van sucediendo como si una fuerza superior los ordenara.
Vamos, poco que ver con la película.



EL FILME:

El recién estrenado director James McTiegue y los hermanos Wachowski (Odiosos perpetradores de esa saga abominable que es Matrix) se encargaron de adaptar el comic a la gran pantalla. Hace pocas semanas, España sufrió su estreno.
Alan Moore se cabreó mucho porque los hermanos "prodigio" se cepillaron, en buena parte, la fuerte carga anarquista del comic, además de haber depurado o anulado muchas de sus escenas más lúcidas dramática e ideológicamente hablando.
V de Vendetta película tiene poco que ver con V de Vendetta cómic. Desde su estética, algo sosa y tópica en ocasiones, de rasgos contemporáneos, hasta la definición del propio protagonista, que de símbolo anarquista es convertido en un terrorista enamorado y con remordimientos (sic). Por supuesto, estoy de acuerdo con que la peli es una adaptación, y que los autores pueden tomarse todas las licencias que quieran para trasladarla al celuloide. Pero en este caso, parte de la esencia del comic es destruida, y los personajes, simplificados o tergiversados: Adam Susan pasa a ser el típico líder fascista cobarde y chillón; Finch, de policía amargado y profesional en el comic, termina siendo el típico poli bueno que se identifica, finalmente, con la causa del protagonista. El personaje de V, a pesar de los sacrificios que se han hecho en aras de la comercialidad, conserva su aura romántica y la subyugante atracción que provoca en el espectador.

V de Vendetta película, a pesar de guardar un desarrollo muy similar a la obra original, tiene un desenlace mucho más cerrado y rotundo. Mientras en uno, Inglaterra, de un día para otro, derrota toda las adversidades y parece llegar a un estado de utópica paz (muy capriano lo de los militares bajando las armas), en el otro, el gobierno cae y se abre un horizonte a la anarquía, pero la lucha no termina: ahora al hombre le toca asumir la responsabilidad moral de ser su propio jefe.

Además de esto, hay un añadido muy efectivo e interesante: a los campos de concentración, matanzas y experimentos del gobierno, se añade en la película la historia de un virus biológico de extraño origen, que exterminó parte de la población inglesa en un pasado tristemente reciente para los protagonistas. La investigación por parte del "poli bueno" Finch sobre los orígenes de este virus, le da a la película un muy acertado toque de intriga. Otro pleno es aquella parte que no sucede en el comic tal como lo cuentan, en que nuestro poli preferido empieza a dilucidar que todo lo que ocurre parece seguir una estela prefijada, y comienza a vislumbrar proféticamente el futuro de Inglaterra bajo el poder destructor/constructor de el terrorista V.

Mucho menos poético, aunque potable, es el desenlace con la gente disfrazada de Guy Fawkes, arrebatando el poder a los tiranos que les sometieron. También la súbita adhesión total a la causa por parte de Finch, o la incoherente inmolación del protagonista: su muerte en la novela gráfica atiende a la perpetuación del poético ciclo que inicia con su primer atentado; Evey ahora será V, y se encargará de construir el futuro (La Tierra de Haz Lo Que Quieras) sobre los cimientos de lo que el misterioso terrorista destruyó. Sin embargo, en la película, ¿por qué V se deja matar? Al destruir el carácter simbólico del protagonista, pastelizarlo hasta llevarlo al enamoramiento, el sentimentalismo más patético y los remordimientos: ¿qué sentido tiene su pretensión de "morir"? ¿La humanidad ya está preparada para afrontar su futuro?¿No necesitará otro V que los incite a construir sobre lo destruido?. No es muy coherente, no.

A pesar de sus diálogos, a veces bastante forzados y pretenciosos, una escena pseudo-cómica que se sumerge en las profundidades de lo ridículo, una hortera pelea final a cámara lenta con música cañera de fondo y una simplificación absoluta del laberíntico comic, nos encontramos ante un producto indudablemente entretenido, con un buen uso de la acción (exceptuando la citada última escena, que parece una copia de Zatoichi (idem, 2003)) que mezcla con bastante acierto la comercialidad pura y dura con una carga política e ideológica que sin duda generará polémica por su valentía. En todo caso, una película que funciona bien como entretenimiento a la vez que reflexiona sobre asuntos de alarmante actualidad. Mención aparte merecen dos escenas de una fuerza estremecedora: la explosión que vuela el parlamento por los aires (al ritmo de Solennelle 1812 de Tchaivkosky). Evitando las comparaciones con el original, podemos estar hablando de una muy digna película.

jueves, abril 20, 2006

Semblantes semejantes

Perdonad por el desorden. Es que me habeis pillado aquí, por sorpresa... .


Alan Moore y Rasputín

Anthony Quinn y el tío Luis

Vincent Schiavelli y J.W. Goethe

Big Foot y Nick Nolte

Un coche y el notas de Expediente X

martes, abril 11, 2006

Doble aniversario de Horrorscope


Horrorscope en uno de sus arrebatos psicótico-creativos

El día 8 de este mes se cumplió un año de la entrada en el mundo de los blogs de mi estimado Horrorscope. Durante ese año, llenó el extinto In-adaptación de gritos, música, cinefilia, trabajando de manera constante y exhaustiva.

Desde hace escasos meses, podemos visitar su nuevo Blog, Big Horror Tuna (Enlace a la derecha), altamente recomendable para cualquier clase de engendro anti/asocial.
Sólo me queda decir: ¡Felicidades, Horrorscope! (por el mencionado hecho y por tu cumpleaños, que fue hace bastante poco). Esperemos que sigas dando la tabarra mucho tiempo más.
Un fuerte abrazo.

sábado, abril 01, 2006

El topo



El topo dijo: "¡qué caray!,
siempre viviendo bajo tierra
sin darme una vuelta por ahí,
ni que estuviéramos en guerra.
La vida pasa sin color
por este oscuro laberinto,
voy a salir al exterior
a ver si veo algo distinto. "

Así, este topo que jamás
vio más allá de sus narices,
que conoció, todo lo más,
una patata y tres lombrices,
diciendo "chao, hay que vivir"
a su mundillo subterráneo
salió dispuesto a descubrir
de nuevo el mar Mediterráneo.

Acababa de anochecer
cuando emergió de su recinto
y había que reconocer
que aquello no era muy distinto.
Y, sin embargo, al animal
le pareció tan deslumbrante,
que le irritaba el lagrimal
la luna en su cuarto menguante.

"Yo nunca he visto ni un farol,
yo siempre he estado en la penumbra,
ahora que veo este gran sol
la vista no se me acostumbra",
el topo dijo. Y se volvió
corriendo para su topera
de donde nunca mas salió.
¡Ay, qué vida tan puñetera!

Javier Krahe