viernes, septiembre 30, 2005

Óleo de mujer con sombrero

Una mujer se ha perdido
conocer el delirio y el polvo,
se ha perdido esta bella locura,
su breve cintura debajo de mí.
Se ha perdido mi forma de amar,
se ha perdido mi huella en su mar.

Veo una luz que vacila
y promete dejarnos a oscuras.
Veo un perro ladrando a la luna
con otra figura que recuerda a mí.
Veo más: veo que no me halló.
Veo más: veo que se perdió.

La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.

Una mujer innombrable
huye como una gaviota
y yo rápido seco mis botas,
blasfemo una nota y apago el reloj.
Que me tenga cuidado el amor,
que le puedo cantar su canción.

Una mujer con sombrero,
como un cuadro del viejo Chagall,
corrompiéndose al centro del miedo
y yo, que no soy bueno, me puse a llorar.
Pero entonces lloraba por mí,
y ahora lloro por verla morir.

Silvio Rodríguez.


miércoles, septiembre 28, 2005

Dostoievski y la pena de muerte




A continuación podréis leer un fragmento de El idiota (1868), en el cual Dostoievski pone en boca de uno de sus personajes, el príncipe Mishkin, su opinión acerca de la pena de muerte.
Recordemos que el escritor estuvo a punto de ser fusilado a causa de las ideas revolucionarias de su juventud (como veréis, los tintes autobiográficos en el texto son más que obvios). La pena fue conmutada en el último minuto. ¿Hay acaso, alguien más autorizado para hablar del tema que quien lo ha sufrido en sus propias carnes?.

" -El condenado era un hombre inteligente, sereno fuerte, entrado en años, de apellido Legros. Y lo que le digo a usted, créalo o no, es que lloraba cuando subía al patíbulo y estaba blanco como el papel. ¿Es posible tal cosa? ¿No es eso horrible? A ver, ¿quién llora de terror? Yo nunca hubiera creído que un hombre hecho y derecho pudiera llorar de terror ; y no digo un niño, sino un hombre que nunca antes había llorado, un hombre de cuarenta y cinco años. ¿Qué le sucede en ese momento al alma?¿A qué convulsiones llega? ¡Es un insulto al alma, ni más ni menos! Está escrito : <>. ¿Quiere eso decir que porque ha matado hay que matarle a él? No ; eso no está permitido. Hace ya un mes que lo vi y es como si lo tuviera delante de los ojos. He soñado con ello cinco veces
(...)
-Lo bueno es que apenas se sufre cuando la cabeza sale volando.
- ¿Sabe usted?- prosiguió el príncipe acalorado - acaba usted de hacer ese comentario y hay mucha gente que piensa lo mismo que usted. Pero a mí se me ha ocurrido una idea : ¿y si eso es peor todavía?. Eso le parecerá a usted ridículo, absurdo, y sin embargo con un poco de imaginación puede ocurrírsele a uno esa idea. Piense usted, por ejemplo, en el tormento. En él hay dolor físico, heridas, tortura corporal, y todo eso desvía al espíritu del sufrimiento espiritual, de modo que se sufre solo de las heridas hasta el instante mismo de la muerte. Ahora bien, el dolor principal, el más agudo, puede que resulte no de las heridas, sino del hecho seguro de que dentro de una hora , luego dentro de diez minutos, luego dentro de medio minuto, luego ahora mismo, tu alma saldrá volando de tu cuerpo, y ya no serás un ser humano, y que todo eso es cierto. En el momento en que pones la cabeza bajo la cuchilla y oyes cómo se desliza hacia tu cabeza, ese cuarto de segundo es el más horrible. Tenga usted en cuenta que eso no es sólo mi imaginación, que otras muchas personas han dicho lo mismo. Y lo creo tanto que voy a decirle a usted cuál es mi opinión.
Matar a quien ha cometido un asesinato - prosiguió el príncipe - es un castigo incomparablemente peor que el asesinato mismo. El asesinato a consecuencia de una sentencia es infinitamente peor que el asesinato cometido por un bandido. Un hombre que es asesinado por unos bandidos de noche, en un bosque, o algo por el estilo, tiene hasta el último momento la esperanza de salvarse. Ha habido casos en que a un hombre a quien le han cortado el cuello tiene esperanzas todavía, o sale corriendo, o pide que se apiaden de él. Pero en este otro caso, por el contrario, esa última esperanza, que permite que la muerte sea diez veces menos penosa, es eliminada con toda certeza : la sentencia está ahí, y la horrible tortura está en que sabes con certeza que no te escaparás, y no hay en este mundo tortura más grande que esa. Lleve a un soldado a una batalla, póngale delante de un cañón y dispare, él seguirá teniendo esperanza ; pero si a ese mismo soldado se le lee una sentencia de muerte cierta, se volverá loco o romperá a llorar. ¿Quién dice que la naturaleza humana puede soportar esto sin perder la razón? ¿ A qué viene tamaña afrenta, cruel, obscena, innecesaria e inútil? Quizá exista un hombre a quien se le ha leido una sentencia de muerte, se le ha dado tiempo para meditar esa tortura y se le ha dicho de pronto : <<¡Hala, vete, se te perdona! >>. Quizá un hombre como ése pueda hablar de ello. De una tortura y de un horror como ése habló Cristo. ¡No, no se debe tratar a un hombre de ese modo! " .

martes, septiembre 27, 2005

Curiosidades : Dersu Uzala y el western crepuscular


Revisando ayer, por quinta vez, Dersu Uzala, se me pasó por la cabeza una idea. De pronto, se estableció para mí una especie de equilibrio entre el personaje principal, Dersu, Tom Doniphon (de El hombre que mató a Liberty Valance (1962), de John Ford) y Cable Hogue (de La balada de Cable Hogue (1970), de Sam Peckinpah).
Y no es extraño, si lo pensamos. Porque Dersu Uzala es, a todas luces, un film crepuscular, que habla del fin de una forma de vida, simbolizada en un personaje. ¿Resulta estúpido comparar al político charlatán interpretado por James Stewart con Vladimir Arseniev, pensativos tras la muerte de sus amigos?¿Acaso Kurosawa no pudo basarse en parte en los westerns crepusculares para construir su historia?. Es cierto que la película habla en gran parte de la amistad, y que comparar al hipócrita personaje de Stewart con el noble y bondadoso Arseniev (aunque las dilucidaciones que este mantiene de pie frente a la tumba de Dersu quizás sean algo tan sombríamente occidental como : "¿Debí dejarle marchar de nuevo a su hábitat?") no es muy justo. Pero ambos, sin embargo, representan una nueva forma de vida : el primero la de la legalidad civilizatoria ; el segundo, la civilización occidental. Ambos mundos arrasarán una forma de vida, que en el caso de Ford es la del Salvaje Oeste, vista por él con romanticismo, pero en el caso de Kurosawa, es la vida ideal, de plena armonía con la naturaleza (aunque no niega que esta, en ocasiones, pueda ser hostil, enriqueciendo el ideario del film al complicar, lejos de maniqueísmos o simplicidades la dialéctica hombre-naturaleza) , la bondad sin límites, el amor y el respeto por todos los seres que componen la taiga.

Cable Hogue muere atropellado por un coche, simbolizando con ello el fin del Wild West y el nacimiento de la vida en las ciudades, tan mezquina para Peckinpah. Dersu Uzala es asesinado por alguien que quiere apoderarse de su rifle, simbolizando la corrupción del hombre supuestamente civilizado, que arrasará con la forma de vida más noble que existe.

Nada más que decir. Si queréis opinar, ya sabéis.
¡Saludos!.

jueves, septiembre 22, 2005

Watchmen...







...o cómo hablar de superhéroes desde una óptica histórica y realista para dar una visión ferozmente crítica y pesimista del mundo occidental.
De lejos, el comic más denso, complejo, intelectual, redondo que haya leido. En definitiva, el mejor.

¿Cómo olvidar a ese fascista, paranoico, patético y violento de Rorschach?¿Cómo al Dr. Manhattan con sus divagaciones supramundanas?¿Cómo la historia de amor entre Dan y Laurel?¿Los planos para el futuro de Adrian Veidt/Ozimandias?¿El cínico comediante cuyo eterno cinismo es quebrado por una visión espantosa hasta para un ser amoral como él?.

Algún día escribiré más ampliamente sobre él.
Sólo decir que se lo recomiendo a todo el mundo. Un comic transgresor (tanto en lo referente a formas como a contenido). Los superhéroes contra la realidad que niega su propio trabajo.