martes, mayo 24, 2005

La paz caótica

Publico un texto de Schillermann, Duque de Renania y habitual compañero de conversación. Se trata de una dilucidación filosófica sobre la paz, hallándose su concepción de ésta muy lejana de las perspectivas tradicionales.

" …entonces, de forma repentina e involuntaria, me cerciore de la existencia de un orden mas allá del orden, al cual, después de muchas dilucidaciones, decidí referirme a él como “la paz caótica”. Contestadme a esta cuestión: ¿Qué es aquello a lo que llamáis el orden? decidme, ¿Cuál es vuestro concepto de paz? Diréis con certeza que la paz y el orden son aquellos estados de armonía, donde nada perturba el espíritu y la ataraxia cubre con su velo todos vuestros pesares e inquietudes, que relega vuestras conciencias a paramos fértiles vetados de preocupaciones y genios malignos. Y yo os digo, que reconozcáis vuestro error, porque dichos conceptos, a los que vosotros llamáis orden y armonía, no son sino mas que estados provisionales, largo tiempo habéis permanecido en el mismo peldaño de la escalinata, mirando con ojos misericordiosos hacia arriba, creyendo que la paz se encuentra en el nivel superior, pero, ¿acaso algo os da la certeza de que la luz brilla en la cima?¿ acaso el único camino esta al frente?
Ahora os digo pues, abandonad el impulso aventurero de la cima, dejad de alzar la mirada, deteneos en vuestro camino confuso, y mirar aquello que teméis. Mirad hacia abajo, porque yo os digo que una paz inédita en vosotros se halla sumida, una armonía ignorada que no todos los individuos alcanzan a valorar, y que alejara los malos pensamientos.
Vosotros asimiláis la paz con armonía y tranquilidad para los sentidos, pero, ¿acaso no os dais cuenta de la fragilidad del estado de tranquilidad?, una leve perturbación es suficiente para arrancaros de vuestra efímera paz. Ahora os digo que desechéis esa rompible tranquilidad de porcelana, ya que como todo en el mundo, se precisa una salvaguarda, una protección, una guardia personal es necesaria para custodiar la paz personal.
Pero, aquí surge una duda, ¿Cómo alcanzar la paz si es necesario mantener un estado de atención? El mantenimiento de dicho estado de atención no recaerá sobre la consciencia del individuo, sino que este será únicamente espectador. Dicha protección no es sino un aumento de la sensibilidad de los sentidos, que opera de manera inconsciente, luego el estado de atención es involuntario y no transfiere con la tranquilidad que se desea conseguir. La paz caótica es una muralla que contiene los malos pensamientos que perturban el corazón y mellan el ánimo, lograr esto mediante la mera tranquilidad no es posible, ya que no existe protección alguna contra ellos.
Y ahora os diré el significado de la paz caótica: debéis alcanzar la ausencia de malos pensamientos mediante el desorden y el desconcierto absolutos, sepultar los pesares bajo la ruptura de la lógica, y que vuestros sentidos agudizados en la hostilidad os priven de reflexiones perjudiciales para vuestra felicidad. Os preguntareis como es posible destruir el orden, pero yo os hablo únicamente del orden sensible, el caos es el frenesí de vuestros sentimientos, lograr la distracción máxima. Pensad ahora, como ejemplo, en un hombre de armas. El ambiente que reina a su alrededor es el caos supremo, ¿acaso permanece algún orden o lógica alguna en tal entorno? No hay mas realidad sensible que el desconcierto, luego, los sentidos en tales entornos alcanzan una sensibilidad superior, logran hacerse inmunes la preocupación. Alejaros de la tranquilidad a la que tanto estáis acostumbrados, porque no es más que una reminiscencia del fruto del desorden y un claro por el que la inquietud se introduce a voluntad. Así pues, la única paz libre de malos pensamientos se alcanza por medio de la destrucción del orden, que solo entumece los sentidos y los hace vulnerables, y seguir la estela del caos como única vía de alcanzar la plena tranquilidad espiritual. "

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí señor, muy bueno.

Anónimo dijo...

De nada. La desesperacion es un excelente revitalizante para la reflexion.