martes, septiembre 27, 2005

Curiosidades : Dersu Uzala y el western crepuscular


Revisando ayer, por quinta vez, Dersu Uzala, se me pasó por la cabeza una idea. De pronto, se estableció para mí una especie de equilibrio entre el personaje principal, Dersu, Tom Doniphon (de El hombre que mató a Liberty Valance (1962), de John Ford) y Cable Hogue (de La balada de Cable Hogue (1970), de Sam Peckinpah).
Y no es extraño, si lo pensamos. Porque Dersu Uzala es, a todas luces, un film crepuscular, que habla del fin de una forma de vida, simbolizada en un personaje. ¿Resulta estúpido comparar al político charlatán interpretado por James Stewart con Vladimir Arseniev, pensativos tras la muerte de sus amigos?¿Acaso Kurosawa no pudo basarse en parte en los westerns crepusculares para construir su historia?. Es cierto que la película habla en gran parte de la amistad, y que comparar al hipócrita personaje de Stewart con el noble y bondadoso Arseniev (aunque las dilucidaciones que este mantiene de pie frente a la tumba de Dersu quizás sean algo tan sombríamente occidental como : "¿Debí dejarle marchar de nuevo a su hábitat?") no es muy justo. Pero ambos, sin embargo, representan una nueva forma de vida : el primero la de la legalidad civilizatoria ; el segundo, la civilización occidental. Ambos mundos arrasarán una forma de vida, que en el caso de Ford es la del Salvaje Oeste, vista por él con romanticismo, pero en el caso de Kurosawa, es la vida ideal, de plena armonía con la naturaleza (aunque no niega que esta, en ocasiones, pueda ser hostil, enriqueciendo el ideario del film al complicar, lejos de maniqueísmos o simplicidades la dialéctica hombre-naturaleza) , la bondad sin límites, el amor y el respeto por todos los seres que componen la taiga.

Cable Hogue muere atropellado por un coche, simbolizando con ello el fin del Wild West y el nacimiento de la vida en las ciudades, tan mezquina para Peckinpah. Dersu Uzala es asesinado por alguien que quiere apoderarse de su rifle, simbolizando la corrupción del hombre supuestamente civilizado, que arrasará con la forma de vida más noble que existe.

Nada más que decir. Si queréis opinar, ya sabéis.
¡Saludos!.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hey, ¿Qué hay de nuevo? No sabe lo que me alegra que vuelva a publicar con regularidad.

Muy bueno el artículo, la sintetización del fin del ser de una manera armoniosa (en cierto modo) y hermosa era algo que se les daba de vicio a éstos tres genios. De todos modos no le puedo decir con seguridad que estoy de acuerdo porque aún no he cumplido con mi cometido de ver "Dersu Uzala" (ya, ya se, no merezco los ojos de mi cara jeje), y mira que no para de recomendármela la gente. Igual me da por alquilarla ahora y me quito el peso de encima (no sé).

Espero que le guste la múscia de Cash, y no se sienta diferente que al fin y al cabo más vale tarde que nunca. Si no, piense que yo aún no he visionado la que probablemente sea su película favorita.

Saludos.

Anónimo dijo...

Saludos. Je, ya veo que mi querido señor Yeski tambien se fijo en el precioso detalle del coche atropellando al pobre Cable, una escena que rebosa de simbolismo y resume todo aquello que representa el westerm crepuscular. Y tambien yo no he visto aun Dersu Uzala, merezco la horca, ais.Bueno, escribiria mas, pero se me estan cerrando los ojos, asi que Schillermann se despide.

Fiodor M. Dostoievski dijo...

Horrorscope : yo te agradezco que vuelvas a dejar tus siempre interesantes comentarios. Sobre lo de que no has visto la película... hombre, como tú dices, más vale tarde que nunca. Estoy seguro de que sabrás apreciarlo como merece.


Schillermann : ¿Cómo no fijarse en ese detalle?. Yo, aunque tenga menos criterio, comparto esa visión romántica del Oeste y los valores que a este atribuye el gran Sam... aunque la realidad no fuera esa.
Ya estoy preparando una soga para ti aquí en Madrid...pero tranquilo, lo puedes remediar visionando la película antes de tu visita.


Por si no ha quedado claro, no quería decir que Kurosawa copiara a Ford y a Peckinpah... de todas maneras, es muy probable que se dejara influir, aún de manera inconsciente, por el primero. No así con el segundo, ya que las muertes simbólicas no son una invención de Peckinpah (Ya Ford lo utilizó en su film de una manera menos directa, pero es un recurso que la literatura lleva usando siglos).
Muchas gracias por escribir, a los dos.

Ah, Schillermann...cuando puedas conectar para charlar, ya sabes, avísame. Espero que te esté yendo bien.

Saludos!.