miércoles, septiembre 28, 2005

Dostoievski y la pena de muerte




A continuación podréis leer un fragmento de El idiota (1868), en el cual Dostoievski pone en boca de uno de sus personajes, el príncipe Mishkin, su opinión acerca de la pena de muerte.
Recordemos que el escritor estuvo a punto de ser fusilado a causa de las ideas revolucionarias de su juventud (como veréis, los tintes autobiográficos en el texto son más que obvios). La pena fue conmutada en el último minuto. ¿Hay acaso, alguien más autorizado para hablar del tema que quien lo ha sufrido en sus propias carnes?.

" -El condenado era un hombre inteligente, sereno fuerte, entrado en años, de apellido Legros. Y lo que le digo a usted, créalo o no, es que lloraba cuando subía al patíbulo y estaba blanco como el papel. ¿Es posible tal cosa? ¿No es eso horrible? A ver, ¿quién llora de terror? Yo nunca hubiera creído que un hombre hecho y derecho pudiera llorar de terror ; y no digo un niño, sino un hombre que nunca antes había llorado, un hombre de cuarenta y cinco años. ¿Qué le sucede en ese momento al alma?¿A qué convulsiones llega? ¡Es un insulto al alma, ni más ni menos! Está escrito : <>. ¿Quiere eso decir que porque ha matado hay que matarle a él? No ; eso no está permitido. Hace ya un mes que lo vi y es como si lo tuviera delante de los ojos. He soñado con ello cinco veces
(...)
-Lo bueno es que apenas se sufre cuando la cabeza sale volando.
- ¿Sabe usted?- prosiguió el príncipe acalorado - acaba usted de hacer ese comentario y hay mucha gente que piensa lo mismo que usted. Pero a mí se me ha ocurrido una idea : ¿y si eso es peor todavía?. Eso le parecerá a usted ridículo, absurdo, y sin embargo con un poco de imaginación puede ocurrírsele a uno esa idea. Piense usted, por ejemplo, en el tormento. En él hay dolor físico, heridas, tortura corporal, y todo eso desvía al espíritu del sufrimiento espiritual, de modo que se sufre solo de las heridas hasta el instante mismo de la muerte. Ahora bien, el dolor principal, el más agudo, puede que resulte no de las heridas, sino del hecho seguro de que dentro de una hora , luego dentro de diez minutos, luego dentro de medio minuto, luego ahora mismo, tu alma saldrá volando de tu cuerpo, y ya no serás un ser humano, y que todo eso es cierto. En el momento en que pones la cabeza bajo la cuchilla y oyes cómo se desliza hacia tu cabeza, ese cuarto de segundo es el más horrible. Tenga usted en cuenta que eso no es sólo mi imaginación, que otras muchas personas han dicho lo mismo. Y lo creo tanto que voy a decirle a usted cuál es mi opinión.
Matar a quien ha cometido un asesinato - prosiguió el príncipe - es un castigo incomparablemente peor que el asesinato mismo. El asesinato a consecuencia de una sentencia es infinitamente peor que el asesinato cometido por un bandido. Un hombre que es asesinado por unos bandidos de noche, en un bosque, o algo por el estilo, tiene hasta el último momento la esperanza de salvarse. Ha habido casos en que a un hombre a quien le han cortado el cuello tiene esperanzas todavía, o sale corriendo, o pide que se apiaden de él. Pero en este otro caso, por el contrario, esa última esperanza, que permite que la muerte sea diez veces menos penosa, es eliminada con toda certeza : la sentencia está ahí, y la horrible tortura está en que sabes con certeza que no te escaparás, y no hay en este mundo tortura más grande que esa. Lleve a un soldado a una batalla, póngale delante de un cañón y dispare, él seguirá teniendo esperanza ; pero si a ese mismo soldado se le lee una sentencia de muerte cierta, se volverá loco o romperá a llorar. ¿Quién dice que la naturaleza humana puede soportar esto sin perder la razón? ¿ A qué viene tamaña afrenta, cruel, obscena, innecesaria e inútil? Quizá exista un hombre a quien se le ha leido una sentencia de muerte, se le ha dado tiempo para meditar esa tortura y se le ha dicho de pronto : <<¡Hala, vete, se te perdona! >>. Quizá un hombre como ése pueda hablar de ello. De una tortura y de un horror como ése habló Cristo. ¡No, no se debe tratar a un hombre de ese modo! " .

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Genial! Es sin lugar a dudas de los alegatos más inteligentes y premeditados que he leeído en mi vida. De Yeski tan solo he leeído Memorias Del Subsuelo y empecé el fin de semana pasado en casa de un amigo Crimen Y Castigo, y puedo asegurar que están brutales. No tardaré en hacerme con El Idiota que pinta de vicio. ¿Por cierto el filme de mismo nombre de Akira Kurosawa es una adaptación de éste?

Nada más, me alegro haberte descubierto el fantástico mundo poético de Felipe.

Cuídese mucho.

Fiodor M. Dostoievski dijo...

Me alegra que el texto te haya gustado. Para mí es el alegato más racional y a la vez sentido que he leido contra la pena de muerte.
¿Qué piensas de Memorias del subsuelo? Es MÍ libro,jajaja.
Sí, El idiota de Kurosawa es una adaptación de la densa obra de Dostoievski. Entre otras cosas, no incluye ese excelente monólogo, pero el horror ante la pena de muerte es sugerido... . Es un muy buen film, muy literario, a ratos demasiado sobrecargado. Pero merece la pena, aunque prefiero el libro del Doctor Yeski porque en este incluye motivos históricos y sociales que la versión japonesa elimina.

Le agradezco que me descubriera el mundo de Felipe. El poema es...sobrecogedor, sombríamente emotivo. Sublime!.
Saludos, cuídese usted también.

Anónimo dijo...

Cielos, no todos los dias uno puede disfrutar de verdaderas reflexiones acerca de la pena de muerte en lugar de los pusilanimes y sensibleros alegatos de prensa actuales. A ver cuando leo algo del ludopata Yeski.
Por cieto, señor Yeski (nuestro Yeski). Recuerdo aquel mensaje en el que me preguntabas acerca de novelas historicas ambientadas en el siglo XVIII y XIX, y pensaba decirte la que escribio Tolstoi sobre su estancia en la Guerra de Crimea, a la que acudio en 1854 despues de terminar la Universidad, entonces no me acordaba del nombre, y casualmenta al dia siguiente la encontre en la biblioteca (un edicion de 1946!!!!), se llama Sebastopol. Como amante de la literatura y superficial conocedor de la obra y temas de Tolstoi, la obra esta buena, pero aun distaba mucho del sociologo que seria despues. Como amante de la Historia Militar, dire que es el retrato de la guerra mas BELLO, PROFUNDO Y PERSONAL que haya leido, Tolstoi tuvo un par de pelotas al atreverse a ir a Sebastopol durante el cerco. Y al ver ten bella cronica, uno piensa: "¿Por que los intelectuales no se lanzaran un poquito mas a la voragine de la guerra?". Bueno, señor Yeski, ya hablaremos de esto y un par de cosas mas.

Anónimo dijo...

"esta buena"?? Ais, que costumbre la mia de dejar las frases a medio corregir...

Anónimo dijo...

Eso no se cuestiona, y la verdad es que creo que poco más tengo que decir salvo que fué una de las mejores lecturas realizadas en mi vida.
La de "El Idiota" podía haberla visto el año pasado, pero surgió un imprevisto y no pude.
Me apuntaré también el libro recomendado por Schillerman.
Y tranquilo Schillerman, esa costumbre la tenemos la mayoría.

Fiodor M. Dostoievski dijo...

Si fueras argentino, no deberías haber justificado lo de "está buena". Muchas gracias por la recomendación, tío, me la apunto y la compraré en cuanto pueda.
Saludos! y no perdáis la oportunidad de ver cualquier cosa de Kurosawa.

Fiodor M. Dostoievski dijo...

A mí no me entusiasma particularmente casi ninguna de las adaptaciones que he visto de Dostoievski.
Los hermanos Karamazov (con Yul Brinner) me parece bastante digna (aunque ni mucho menos a la altura de la obra).

Las mejores son la infravaloradísima, ignorada e inmediatamente olvidada Reflexiones desde el sótano (¿a que no le suena a nadie?) que adapta Memorias del subsuelo al mundo actual, tratándose de un film gélido, doloroso, irónico e intenso. La otra es El idiota de Kurosawa, que es la que mejor sabe captar la esencia de Dostoievski, con una intensa carga literaria,lo cual también la hace excesivamente densa en muchos tramos, pero sin despojarla del mérito de ser una película muy hermosa y triste.
Saludos.