martes, agosto 01, 2006

El Cuarenta y Cinco



¿Te acordás, hermana, qué tiempos aquellos?...
la vida nos daba la misma lección,
en la primavera del cuarenta y cinco,
tenías quince abriles, los mismos que yo.
¿Te acordás, hermana, de aquellos cadetes,
el primer bolero y el té en el Galeón,
cuando los domingos la lluvia traía
la voz de Bing Crosby y un verso de amor?.

¿Te acordás de Plaza de Mayo,
cuando "El Que Te Dije" salía al balcón?.
¡Tanto cambió todo, que el sol de la infancia
de golpe y porrazo se nos alunó!.
¿Te acordás, hermana, qué tiempos de seca,
cuando un pobre peso daba el estirón,
y al pagarnos toda una edad de rabonas
valía más la vida que un millón de hoy?.

¿Te acordás, hermana, que desde muy lejos
un olor a espanto nos enloqueció?.
Era de Hiroshima, donde tantas chicas
tenían quince años, como vos y yo.
¿Te acordás que -más tarde- la vida
vino en tacos altos y nos separó?.
Ya no compartimos el mismo tranvía,
sólo nos reúne la buena de Dios... .

María Elena Walsh

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, ¡el cuadro de Magritte resulta un poco extraño como acompañamiento del poema!

Anónimo dijo...

Es verdad, no acompaña mucho el cuadro al poema, pero ambos me han gustado bastante.(Aunque reconozco que no había oido hablar de la autora). Ya veo que te gusta Magritte...Un beso. Y me alegro de que estés de vuelta.

Anónimo dijo...

El cuadro es la hostia.

Saludos desde La Bellota!

Anónimo dijo...

Keep up the good work »

Anónimo dijo...

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