Clicad sobre el dibujo para ampliarlo
Esta pequeña obra de arte fue engendrada por la inteligente, apasionada, compleja y turbia mente de Sandra Robles, allá por el año 2000, cuando contaba tan sólo con once años.
Tiene un halo onírico, que roza la pura pesadilla, pero también ese aire de extrañeza que son propios de las vidas apacibles penetradas por lo inusual, una especie de ruptura y fragmentación de la realidad cotidiana, causada por la naturaleza misteriosa de "la noche", que va de la mano con seres y sucesos imposibles bajo el gobierno del sol. A la par, encontramos un suave y vital lirismo que aligera la tetricidad del tema. Así queda un dibujo cargado de preguntas, con cierta inocencia infantil, acerca de los más oscuros secretos que rodean las vidas humanas; una especie de reflexión sobre la naturaleza misma del misterio, y como consecuencia, del miedo y la curiosidad que provoca al irrumpir en la tranquilidad y calidez del aislamiento cotidiano.
Juzguen ustedes mismos.
martes, marzo 28, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
El coche del exterior mola un montón.
Vaya...muchas gracias Cielito, pero creo que es exagerar, tiene muy mala técnica.
Yo no hablo de la técnica, que aún así no me parece mala, sino de lo que veo en el cuadro en sí.
Saludos.
Opino que se le va la olla .Pero no tenga miedo . Es un estado en el que nada se rehusa .
Norboskoso_oscilante .
Publicar un comentario